martes, 19 de abril de 2011

Mi belleza… ¿latina?

   Uno de los espectáculos que está “dando el duro” últimamente en el “underground audiovisual cubano” (entiéndase alquiler subterráneo de discos DVD o préstamos fraternos en memorias flash), es el reality show Nuestra Belleza Latina, donde mujeres latinoamericanas residentes en Estados Unidos y Puerto Rico compiten por un premio de 250 mil dólares y una carrera en televisión.
   ¿Requisitos para inscripción? Un cuerpo escultural, una cara bella según cánones estadounidenses (¿acaso el motivo del concurso no es promover el modelo de mujer latina?) y un dudoso talento en cualquier arte, bajo la mirada escrutadora de tres jueces implacables que en ocasiones llevan su veredicto al límite de la grosería y la falta de ética.
   Luego de ser admitidas, las chicas deben viajar a Miami por largas temporadas donde deberán enfrentarse a numerosos retos y aprender diversas habilidades, desde caminar por pasarelas móviles hasta practicar deportes extremos. Por el comentario generalizado de la mayoría de las competidoras, el show es tan crucial en sus vidas, que abandonan trabajos y familias con tal de asegurarse la preciada corona.
   Promovido por el canal Univisión y patrocinado por grandes monopolios comerciales, el Belleza Latina es una prueba más de cómo la industrial cultural, montada en el caballo de batalla de los mass media, secuestra capacidades básicas del cerebro humano, como el respeto a la autoestima y el rechazo a hacer el ridículo delante de audiencias multitudinarias.  
   Es cierto que con un cuarto de millón de dólares a cualquiera se le hace agua la boca pero, ¿son suficientes los beneficios para que en esa agua naufrague la dignidad personal? ¿Es la fama “regalada” por la benefactora Univisión motivo suficiente para exhibirse como mercancía en vitrina? ¿O para “arrancarles la tira del pellejo”, figurada y literalmente, a las rivales en los retos?
   Lo más preocupante de todo este asunto es que cada vez más los grandes medios, Internet incluida, ven en la mujer latinoamericana, y sobre todo en la emigrada, no a una persona con capacidades intelectuales suficientes para trabajar dignamente, sino a objetos listos para la compraventa, incluso para el siempre bien demandado mercado sexual.
   Si no me cree, haga la prueba. Escriba en el buscador de Google las palabras "mujeres latinas famosas" y si, como pensé yo, espera encontrar los nombres de Gloria Pires, Salma Hayek, Shakira, Olga Tañón o Thalía (eso para mantenernos en la cuerda de la farándula… y farándula bella), los resultados al menos de las cuatro primeras páginas le devolverán una espeluznante sorpresa.
   Oiga, y no me malinterprete, si le gusta Nuestra Belleza Latina no deje de verla, al final como todo reality show es refrescante y entretenido, pero no olvide que en el entretenimiento banal también pueden esconderse flagelos peligrosos como el racismo y la discriminación de la mujer, inconcebibles a estas alturas de nuestro gastado tercer milenio.

5 comentarios:

  1. Liane, muy buena tu reflexión. No me quedan dudas de que estos espacios que quieren hacerse ver o vender como las grandes oportunidades para los latinos en EE:UU no son más que espacios de exclusión e incluso de marginación y humillación. Creo, muy personalmente, que la belleza latina va mucho más allá de lo que nos quieren mostrar en esos reality shows, pues defiitivamente los patrones de medición de la verdadera belleza superan con creces los que en tales eventos nos tratan de imponer. Beso para tí y muchos éxitos. Nunca dejes de reflexionar y opinar!!!
    Abrazo chiringuero.
    Carlitos

    ResponderEliminar
  2. Tienes toda la razón. No me agradan para nada esos concursos. Me llama la atención que mientras el mundo se derrumba, hay guerra en Libia, y otros tantos problemas, sobretodo monetarios y de desempleo, esas señoritas le pongan un millón de dólares en sus tarjetas Univisión, porque ganaron un tonto concurso... un beso, Meli

    ResponderEliminar
  3. Lianet: Bueno tu post. Por cierto, te queda bien el título. Del tema: lo más preocupante no es lo que esa gran industria del papelazo les hace a estas mujeres, sino lo que ellas mismas se hacen al convertirse por propia voluntad en delfines de acuario.
    Sigue así, latinamente bella, con una pupila no solo linda para mirarla sino inteligente para mirar lo que nos atañe a todos. Porque aquí mismo hay montones de bellezas que mañana mismo si pudieran se afearan prestándose para un show similar.

    ResponderEliminar
  4. Muy bueno eso Lianet, a mi me preocupa otra cosa que no se ha mencionado: y es que gusta a la mayoría!!!! No estamos muy lejanos de los tiempos de Roma y el Coliseo, con tanto que ha avanzado la tecnología y seguimos con los mismos gustos primitivos. Es verdad que es un espectaculo bonito, son muchachas que compiten dando lo máximo de si, pero realmente muchas pruebas tiene el único objetivo de ver cuanto se pueden humillar ellas mismas...y cuanto nos rebajamos al divertirnos con esas cosas que a veces son degradantes. No estoy en contra del espectáculo. Reconozco que algunas cosas son positivas como por ejemplo el uso correcto de la lengua de Cervantes, el resaltar algunos valores de las mujeres latinas. Fíjate que al Concurso ya llegan mujeres muy bellas, la competencia se decide por las pruebas que hacen, aunque por supuesto está la evaluación subjetiva de los jueces: un hombre, una mujer y un homosexual, en la cual puede influir la apariencia de las muchachas.

    ResponderEliminar
  5. Nada, el otro día comentaba que es una nueva version del circo romano...lo último que vi me lo confirma...ahora las pusieron a boxear...no bastaba con los UFC y semejantes espectaculos sangrientos de Vale Tudo, ahora también las bellezas se golpean...seguimos siendo bárbaros, solo que más sofisticados y con mejor tecnología.

    Neo

    ResponderEliminar