jueves, 17 de abril de 2014

El Mesón del Príncipe sí es particular



   Muchas personas que no lo conocen llegan al restaurante Mesón del Príncipe, en Camagüey, y realmente en su primera impresión no piensan que se trata de un negocio administrado por particulares o “cuentapropistas”, término genérico en Cuba para hablar de la iniciativa privada. Elegancia, distinción, sobriedad, una exquisita decoración que rinde tributo a la bella ciudad que lo acoge, constituyen el primer efecto de impacto visual en el cliente, a lo cual se suma luego una atención de alta profesionalidad y una comida de sabores únicos, de la cocina tradicional cubana y también de la internacional.
   Es difícil lograr esa combinación necesaria en un local de ese tipo, teniendo en cuenta que aún están irresueltas varias cuestiones imprescindibles para el pleno desarrollo de la pequeña empresa privada en el país. Por ello el cliente se asombra, y a la vez añora esa distinción en los restaurantes estatales, donde precios un poco más asequibles deberían ir acompañados de otros conceptos básicos de la hostelería y la restauración que el sector particular está asumiendo con fuerza y constancia, y el restaurante Mesón del Príncipe es uno de los que marca la delantera en Camagüey en ese sentido.  





 











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