Como toda película cubana, Boleto al paraíso, dirigida por Gerardo Chijona y de reciente estreno en los cines del país, moviliza al público y genera expectativas y opiniones diversas. Para algunos es un excelente filme, con un tema que impacta como “un gancho a la nariz”, otros nos quedamos con las ganas de un poco más de profundidad interpretativa y dramatúrgica.
Al César lo que es del César, y no se puede negar que la selección del tema implica en sí un compromiso enorme, por acoplar en 88 minutos de duración tantas subtramas basadas en conflictos cotidianos y que complementan el drama central de la película: el SIDA y la carga de dolor que arrastra consigo.
Pero aquí es donde percibo que yacen algunas carencias del filme. En no adentrarse por completo en la complejidad de una parte de las miserias humanas, los miedos, el dolor que va aparejado a cada tema que toca la película.
El primero es el contexto, la difícil Cuba de los años 90, apenas retratado en los inmortales puntos de transportación de pasajeros y en algunas locaciones desvencijadas y descoloridas, gracias a la excelente vista del consagrado director de fotografía Raúl Pérez Ureta.
Aunque no sea interés para el realizador regalarnos una postal sobre esa difícil época, ¿dónde encontramos el elemento desgarrador, la falta de opciones que llevaron a esos jóvenes a preferir contagiarse con una enfermedad mortal?
Yo, que apenas tenía cinco años en 1993 y mis vivencias no son remotamente similares a las de Eunice y compañía, deseé encontrar un poco más de esa época en el filme, donde tantos jóvenes no pudieron, o no supieron, hallar otras alternativas.
Esperé también un poco más de la realidad sobre el SIDA. Creo que una sola escena de Milena (la muchacha que contagia a Alejandro, el protagonista) acostada en la cama de hospital, sea suficiente para mostrar las consecuencias de la devastadora enfermedad, como sí lo hemos visto en películas foráneas como Filadelfia, Gia y Al caer la noche.
Eso, por supuesto, tomando como punto de partida el mismo planteamiento hecho por Chijona sobre la poca divulgación que existe en Cuba sobre el tema del SIDA como enfermedad, con los estragos que ocasiona al organismo.
De las actuaciones, sinceros aplausos para el elenco, especialmente para los jóvenes Héctor Medina y Dunia Matos, que encarnaron a unos freakies convincentes y a unos seres humanos realmente desgarrados por la vida. En cuanto a los mayorcitos, la interpretación del taxista depravado de Albertico Pujols, estuvo genial, con toda una genuina provocación a la repugnancia y el desprecio.
Sobre la estrella, Miriel Cejas, por el momento me reservo mis opiniones, pues aunque peque de hereje y simplemente esté exponiendo mis criterios de espectadora, su actuación no me convenció, a pesar de los seguramente bien ganados elogios que le ha prodigado la crítica especializada.
En una entrevista concedida a La Jiribilla, Gerardo Chijona echa por tierra cada uno de los argumentos que utilizo yo para escribir este post. Por supuesto, él sabe lo que hizo y por qué fue así y no de otra manera, y la realidad demostró que es una película excelente y con gran acogida masiva, nacional e internacional.
Yo, luego de verla tres veces, simplemente expongo mi lectura para quien quiera leerla, no importa si están de acuerdo o no, total, esas son las ventajas de estas nuevas formas de comunicación que nos provee la era moderna de la globalización.
Aquí encontrarán la entrevista de Gerardo Chijona concedida a La Jiribilla:
Excelente crítica, la he enlazado desde la ficha técnica de esta película en mi portal de cine. Un cordial saludo.
ResponderEliminarGracias por tu elogio, Reynier, no la creo una excelente crítica, pero sí un poquito de mi sentir respecto a un trabajo genial, a pesar de que como toda obra humana, sea perfectible. Nos mantendremos en contacto. Saludos desde Cuba
ResponderEliminarHola, muy bueno tu trabajo: Te felicito y comparto en alguna medida tus puntos de análisis. No dejes de escribir nunca!!Lo haces muy bien.
ResponderEliminarSaludos,
Carlos Albrto Pérez Benítez
Editor del blog "La Chiringa de Cuba"
Gracias Carlos Alberto, por elogiarme, llegue a tu blog a través de Twitter pues creo que nos seguimos mutuamente, ya sabes, nos vemos por ahí en las benditas redes sociales, Saludos desde Camagüey.
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