martes, 26 de junio de 2012

Recreación entre cocodrilos y en armonía con la naturaleza

Para mi primo Dayron, quien nunca había visto un cocodrilo de cerca, las visitas al criadero de esos reptiles en la provincia de Camagüey constituyen una de las opciones más atractivas para el verano. 
Emocionado me comentó sobre el sentimiento que experimentó cuando vio nacer un cocodrilito, pues en estos días comenzó la eclosión de los más de 400 huevos recolectados en el actual año en esa instalación, situada en el municipio de Minas, a unos 50 kilómetros de esta ciudad.
   Para fomentar una recreación sana y en función del cuidado de la naturaleza, la Empresa de Flora y Fauna en el territorio facilita y promueve los recorridos de turistas nacionales y extranjeros por el área, donde habitan y se reproducen en cautiverio más de mil 60 ejemplares del Crocodylus acutus o cocodrilo americano.
   Bajo estrictas normas de protección, los visitantes conocen de todo el ciclo vital de esa especie, que puede alcanzar hasta 100 años, precisó Gretel Abad, veterinaria en la entidad y especialista del programa de fauna silvestre y manejo en Flora y Fauna.
   En edad de reproducción, esos cocodrilos que habitan estuarios desde el sur de la península de la Florida, en Estados Unidos, hasta la costa norte de Suramérica, alcanzan tallas de más de cuatro metros y cada hembra puede poner entre ocho y 60 huevos por año, en el mes de marzo.
   Contrario al mito popular, no son animales de comportamiento extremadamente agresivo, refirió Alfredo Consuegra Zaldívar, uno de los cuatro guardianes del sitio, encargados de todo lo relacionado con el cuidado de los reptiles, desde la asistencia al nacer y la alimentación, hasta la recolección de huevos a incubar.
   Sin embargo, ellos velan por las medidas de seguridad para la interacción del turista con el animal, como el amordazamiento y la inmovilización para la toma de fotografías junto al cocodrilo y la vigilancia de los movimientos de los ejemplares en las lagunas cuando penetran los visitantes.

 
   A precios módicos en pesos cubanos y libremente convertibles, se puede optar además por baños en el río Máximo, que atraviesa el área, senderismo, exploración de una pequeña cueva natural, paseos en bote, acceso a un mirador, almuerzo criollo, entre otras atracciones.
   La doctora Abad precisó que las reservaciones se pueden realizar en las agencias turísticas en los hoteles para los visitantes extranjeros, y a través de la Empresa de Flora y Fauna para el turismo nacional.
   En Cuba existen otros cuatro criaderos de cocodrilo americano, en las provincias de Pinar del Río, Ciego de Ávila, Las Tunas y Granma, en tanto el cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer), especie en peligro de extinción, habita en la Ciénaga de Zapata, de Matanzas, y en la de Lanier, Isla de la Juventud.


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